Hay que dedicarse tiempo a desconectar.
Todo aquel tiempo que dedicamos a cuidarnos, es bueno para nuestra salud, pero no siempre está relacionado con comer bien, descansar o hacer deporte, hay un factor psicológico muy importante en nuestras vidas y que a veces no tomamos demasiado en cuenta, y es el desconectar de la rutina diaria.
Esto se puede conseguir de muchas maneras, a través de practicar yoga, relajación, meditación, hacer pilates, gimnasia, footing o cualquier actividad deportiva, pero también se puede realizar estando con aquellas personas con las que nos divertimos o nos lo pasamos bien, con una actividad tan sencilla como pueden ser unas cañas, ir de compras de una manera relajada, o ir al cine o al teatro.
Si desconectamos, nuestra mente lo agradece
Una actividad tan sencilla como ir al cine, al teatro, o pintar si es que nos gusta, por poner ejemplos es algo que repercute de forma muy saludable en nuestra psique porque es un tiempo que nos estamos dedicando a nosotros, esos momentos de ocio bien llevados son muy saludables.
Si entramos en el cine, en cierta manera nos sumergimos en otro mundo, todo está a oscuras, solo existe la película, los personajes y la acción que en la pantalla se desarrolla, si la película nos gusta, si nos metemos dentro de ella, sin hacer mucho esfuerzo, sencillamente dejándonos llevar es como desconectar del mundo real durante 1 hora y medio, dos horas, el tiempo que dura la película, y eso para nuestra mente es un momento en cierta manera de paz.
Durante esas dos horas desaparecen los problemas, las responsabilidades y todas aquellas cosas que nos preocupan.
La magia del cine, y el teatro
Te voy a explicar algo de lo que me di cuenta de adolescente y que he podido poner en práctica durante muchos años, y fue el descubrimiento de que si entraba en el cine con dolor de algo, porque me había lesionado, si me dolía una pierna, un brazo o cualquier parte del cuerpo, evidentemente no era un dolor insufrible, al cabo de un rato de estar viendo la película, ya no percibía el dolor, se me pasaba.
Evidentemente, no quería decir que se me curara, sino que mi cerebro desconectaba durante ese tiempo, porque me sumergía de tal modo en la película que ya no lo percibía, y no quiero decir que no estuviera ahí el dolor, sino que como mi mente estaba ocupada en otra cosa, en este caso la película, las energías de mi cerebro se centraban en observar a los personajes del film y dejaban en segundo plano al dolor.
Lo mismo ocurre si vamos al teatro y vemos una obra divertida, o tan triste que nos hace llorar, si vemos que alguno de los personajes de la obra de teatro sufre, tal vez lloremos, pero en ese momento estamos sintiendo dolor emocional porque nos identificamos con el actor o la actriz, y durante ese tiempo es muy probable que nos olvidemos de nosotros mismos y pensemos, afortunadamente, eso a mí no me pasa, y que sintamos alivio en nuestro cuerpo, porque lo que hacemos es desconectar.
Jugar a la play hace que desconectemos
He puesto el ejemplo de jugar a la play, como podía haber puesto cualquier otro tipo de videojuego o consola, porque como todas las cosas, siempre podemos sacar algo de bueno jugando a un juego en el que nos identificamos tanto con el personaje que en ese momento somos el protagonista, o la protagonista del video juego.
Cuando jugamos a un videojuego que es muy apasionante, y nos tiene enganchados, no tenemos tiempo para pensar en nuestros problemas de la vida diaria, en ese momento en que somos el héroe, o la heroína del juego, que se encuentra en una situación complicada, bien, porque ha de saltar de un acantilado, o porque le están disparando, estamos tan inmersos en el juego que desconectamos de la vida real, y que este hecho se produzca durante un tiempo determinado es muy positivo para nuestra salud, en cierto modo desaparecen todos nuestros problemas durante ese rato, y eso es saludable psíquicamente y físicamente.
Pasar tiempo con los amistades, es tan bueno como hacer deporte
Hoy en día todo el mundo conoce las enfermedades psicosomáticas y que existe una relación directa entre nuestro cuerpo, y el stress o estado nervioso que sufrimos, esto no es una novedad.
La manera que tenemos de desconectar de nuestros hechos de la vida diaria son diferentes para cada tipo de persona, en función de su sexo, y de sus costumbres, como decía antes, hay quien practica meditación, otras personas hacen yoga y otras salen a pasear o a correr por la montaña.
Hombres y mujeres, un poco diferentes
Hay algunos psiquiatras, que sostienen, que las mujeres son más dadas a compartir los sentimientos con las amigas, que su manera de conectar a nivel emocional es diferente a la de los hombres.
Que disponen de un sistema diferente de apoyo a la hora de lidiar con los problemas, y experiencias difíciles que les pueden generar estrés, y el método es compartir con las amigas sus problemas y angustias, por eso necesitan pasar tiempo con ellas.
Se realizó una encuesta en la que los hombres usan como medio de relación temas como el futbol, los coches, la política, o el trabajo, mientras las mujeres tienen mayor tendencia a hablar de sí mismas y de sus intimidades, es decir sienten mayor necesidad de exteriorizar sus sentimientos, y esto funciona como una válvula de escape que mejora su bienestar físico y emocional.
Hablar es una buena terapia
Cuando sentimos la necesidad de hablar con alguien, lo más común es hablar con las amig@s, que nos den su punto de vista y opinión, a veces basta con el hecho de exteriorizar lo que llevamos en nuestro interior, verbalizando las cosas las analizamos, y el hecho de tener que explicarlas a alguien ajeno a nuestro interior hace que tengamos que estructurar las ideas, que las ordenemos, y eso facilita el entendimiento.
El charlar con las amistades, el reír, pasar un buen rato, es una sana manera de desconectar temporalmente, es como recargar pilas, además ayuda el escuchar las penas y tristezas (por ponerles un nombre), de las demás personas, con las que compartimos ese maravilloso y cremoso café, el chocolate y la magdalena en una terracita de un bar, en una granja o pastelería.
Aprendemos escuchando
Digo que ayuda escuchar a los demás, porque a veces nos damos cuenta de que nuestra vida no es tan dura, o terrible como nos parece en ciertos momentos en los que estamos estresados, bien sea por el trabajo, los niños, o porque estamos pensando en que la semana próxima tenemos que ir de viaje por trabajo y tenemos que dejarlo todo organizado para que no falle nada.
Al escuchar a los amigos y amigas, nos damos cuenta de que nuestra vida es como la de la mayoría de las persona (ya sé que hay vidas que son durísimas y muy problemáticas, pero ahora no me refiero a esto), sino a la gran masa que con nuestros problemas de la vida cotidiana vamos lidiando.
Nos pasan las mismas cosas que a los demás
El darse cuenta de que a los demás, a las otras personas, les pasa lo mismo que a nosotros, e incluso escucharles, y aconsejarles hace que tengamos otra perspectiva de la situación, por poner un ejemplo, una amiga mía, se dio cuenta hablando con una amiga suya, de que a su amiga, le estaba pasando lo mismo que a ella le había ocurrido años antes con su anterior pareja.
Cuando nos ponemos en la piel de otras personas, es cuando somos capaces de salir de nuestra burbuja mental, y nos damos cuenta de la verdadera percepción de los hechos.
Tras la charla mantenida con su amiga, fue consciente, de que el problema que había tenido con su pareja en un pasado, se hubiera podido encarar de otro modo, si hubiera sido consciente de que el problema existía.
Es decir, el hablar con su amiga, la hizo consciente de un problema que había tenido y al que permanecía ajena hasta que habló con su amiga.
La proyección en psicología
Ya sabes lo que se llama la proyección en psicología, es ver en las demás personas los defectos que tenemos en nosotros mismos, y a veces hablar con otras personas, puede servir para que veamos nuestros defectos, si somos conscientes de que los tenemos, y si los vemos los podemos intentar rectificar.
Por eso es importante hablar con los amigos, o con un profesional, para aprender y corregirnos, ser consciente de lo que hacemos de forma incorrecta, porque todos nos equivocamos.
Disfruta del momento
Si necesitas estar sol@, tomate tu tiempo, disfruta de ese rato para estar a solas contigo mismo y haz aquello que te apetece, a veces no hay nada más relajante que irse a tomar un buen café a un sitio en el que sabes que no te vas a encontrar con nadie del trabajo, en aquellos momentos que necesitas desconectar, porque todo el mundo en el trabajo, va detrás de ti para acabar el mayor proyecto del año.
En resumen
Siempre que puedas tomate tu tiempo, date un respiro, y haz aquello que te agrada, como mínimo una vez al mes, ves al cine, al teatro, toma un trozo de tarta con las amigas, y disfruta de un buen té o café, lo que más te guste, pero desconecta, que eso siempre hace mucho bien, tanto a nuestra psique como a nuestro organismo físico,
¿A qué esperas para dedicarte tiempo y desconectar?
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